Lunes, 14
de Diciembre de 2015
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Por Iroel
Sánchez Espinosa - Blog "La pupila
insomne".- El entusiasmo mediático con la derrota de las
fuerzas bolivarianas en Venezuela comienza a mostrar uno de los objetivos
buscados por Washington combinando la reversión de los procesos contra su
hegemonía en Latinoamérica con su nueva política hacia La Habana:
conducir a Cuba a la implosión. Para ello, como en la profecía que
busca autocumplirse, ya se adelanta la caída del gobierno bolivariano en
Caracas y para enfrentar la “grave crisis” que eso generará en la Isla, la
dirección cubana debe “acelerar las reformas estructurales y
abrirse a una negociación más fructífera con EE UU.”.
Como hizo
con la ex URSS y los países del este de Europa en los años ochenta y
noventa del Siglo XX, ante las dificultades, reales o inducidas, la prensa
global trata de imponer a Cuba más velocidad y menos regulación en dirección
al mercado, a la vez que busca unir cambios económicos y políticos, como
Washington desea.
Para
empujar la aceleración, el diario madrileño El País –que José
Manzaneda llama “órgano oficial de la Casa Blanca en
lengua castellana“– entrevista a Carmelo Mesa Lago, un
cubanólogo que, lejos de apoyar la soberanía del país donde nació
recrimina a Raúl Castro porque “no ha respondido a los pasos de Obama
con concesión alguna”, a pesar de que no es Cuba la que bloquea
económicamente a EEUU ni tiene una base militar allí y mucho menos asigna
fondos millonarios para utilizar ciudadanos estadounidenses en cambiar el
régimen político social existente en el país del Norte.
Cuba, con
anterioridad a iniciarse las negociaciones con EEUU, adoptó un programa de
transformacionmes estructurales que responden a lo expresado en una amplia
discusión por más de ocho millones de personas, no a quienes han criticado a
los gobernantes cubanos por no seguir el modelo de “economía en transición”
de los países pertenecientes hasta 1990 al Consejo de Ayuda Mutua Económica
(CAME). Aquellos que deseen documentarse sobre la superioridad de la opción
cubana con respecto al modelo seguidista del Consenso de Washington y de paso
leer una de las palizas académicas más demoledoras a la cubanología, y en
particular a Mesa Lago, pueden acceder al ensayo de Emily Morris “Cuba inesperada“, donde
la autora demuestra que la Isla creció más en su PIB y mejoró más sus
indicadores sociales que el conjunto de países pertenecientes al CAME en el
período entre 1990 y 2013.
Sin
embargo para Emily Morris, silencio, para Carmelo Mesa Lago inmediato
replique en toda la prensa global y la maquinaria que EEUU financia con
cincuenta millones de dólares anuales en su guerra contra Cuba: Martí
Noticias, Diario de Cuba y ABC, este último
supuestamente en el extremo opuesto a El País.
El País escoge bien a sus entrevistados,
no para influir en EEUU sino en Cuba. Lo expliqué hace algún
tiempo, un libro de Mesa Lago fue presentado como garantía de “objetividad,
balance y equilibrio” en La Habana, en un evento organizado con patrocinio del
gobierno del Primer Ministro noruego Jens Stoltenberg, actual Secretario General
de la OTAN. Tampoco estos amigos de la “Tercera vía” para Cuba le
han dedicado una coma al revelador texto de Emily Morris. Afirmaba esta
última:
“el ajuste
se ha mantenido lo suficientemente lento para evitar un shock de demanda o
generar un fuerte aumento del desempleo. Pero los resultados quedan por
debajo de la mejora que se espera de las reformas de 2011. Más allá de
juguetear con las regulaciones para que los nuevos mercados funcionen mejor,
movidas más audaces están siendo consideradas para aumentar la inversión
extranjera y para hacer frente a las dificultades persistentes creadas por el
sistema de doble moneda.”
Es cierto,
entre los cubanos hay inconformidad con los resultados de la implementación
de los Lineamientos económicos y sociales pero son el incremento de la
indisciplina social, la desigualdad no basada en el aporte a la sociedad que
tributa a una pirámide social invertida, la ilegalidad y los efectos
indeseados de las transformaciones en la distribución y comercialización de
alimentos del agro lo que más irrita a las mayorías que, además, tienen la
educación suficiente para saber que con soluciones capitalistas les iría mil
veces peor.
Decía
Morris, llamando la atención sobre un efecto de la dualidad monetaria que
pocos advierten:
“A medida
que el sector no estatal se ha desarrollado, se ha vuelto cada vez más claro
que las empresas privadas relativamente ineficientes han sido capaces de
prosperar dentro de la economía nacional ya que sus costos en pesos cubanos,
incluyendo la mano de obra, están infravalorados en la tasa CADECA/CUC que
utilizan para sus transacciones. En efecto, el Estado cubano está subsidiando
el nuevo sector no estatal a través de la tasa infravalorada de CADECA.
Mientras tanto, las empresas estatales tienen que utilizar el tipo de cambio
oficial sobrevaluado, una grave desventaja en términos de su competitividad.
Una forma de “ilusión monetaria” que significa que las empresas estatales
eficientes reportan pérdidas por lo que no pueden obtener capital para la
inversión, mientras que los empresarios privados que operan a niveles muy
bajos de productividad disfrutan de fuertes subsidios estatales ocultos pero
se quejan de impuestos excesivamente altos.”
El 60% de los contribuyentes del
sector privado evaden impuestos. Ya sabemos que carecen de un
mercado mayorista, pero pagan a precios subsidiados agua, electricidad y gas,
además de aumentar la generación de desechos y la contaminación que recaen
sobre toda la comunidad sin erogar un centavo para contribuir a su solución.
La economía no estatal tiene mucho que aportar en Cuba pero la ilegalidad, la
evasión fiscal, el acaparamiento y la especulación con productos deficitarios
no son sus mejores aliados para convencer sobre sus virtudes.
Según el periódico Juventud Rebelde,
mientras todos los medios de comunicación hablaban del crecimiento de
visitantes a Cuba, “las entidades turísticas estatales y mixtas del país dejaron
de percibir entre enero y marzo último 26 303 700 pesos convertibles en
comparación con el primer trimestre de 2014, para un descenso del 3,9 por
ciento por concepto de ingresos” que fueron al sector privado, lo cual
estaría muy bien si se pagaran los impuestos como es debido y todos los
operadores utilizaran el mismo valor de cambio para poder competir en
igualdad de condiciones.
También es
causa de inconformidades que el transporte público de la capital permita el
viaje hacia el bolsillo de los choferes de la recaudación, se imponga a los
pasajeros con un audio también de propiedad pública la peor “música”,
se “engalanen” los vehículos de propiedad estatal con cualquier cosa
menos con algo de valor cultural o utilitario, y que los cientos de miles de
litros diarios de combustible con que circulan cinco mil carros de alquiler
privados, jamás vistos en un servicentro, salgan ilegalmente de la economía
estatal.
Es todo
eso lo que la mayoría de los cubanos quiere ver retroceder y la política de
EEUU, junto a la prensa que le sirve, acelerar: La apropiación privada de la
riqueza colectiva.
Una
información del diario Granma afirma
que de más de 100 000 planteamientos en el actual proceso de rendición
de cuentas de los delegados del Poder Popular “cerca de la mitad se
relacionan con ilegalidades e indisciplinas”, o sea, soluciones que pueden
elevar la calidad de vida de los cubanos sin depender de importaciones ni de
si viene más o menos petróleo de Venezuela. En la sesión de mediados de este
año de la Asamblea Nacional, lo que más se escuchó de los participantes en
las comisiones permanentes que publicó la prensa fueron denuncias de los
efectos de la especulación en el aumento de precios de los alimentos, tarifas
excluyentes del acceso a los lugares de recreación, robos, acaparamiento y
corrupción en la venta de materiales de construcción, funcionamiento de
piscinas privadas en territorios que sufren sequía, contaminación con
escombros de la basura doméstica por lujosas construcciones particulares.
Y es que
en Cuba los delegados y diputados son trabajadores e hijos de trabajadores,
electos en un sistema perfectible pero donde jamás deben intervenir el dinero
ni la industria mediática global.
En su mensaje al Presidente Nicolás Maduro luego de
la derrota del chavismo en las elecciones parlamentarias, Fidel afirmaba no
sin ironía: “los trabajadores existen y son los que hacen posible el disfrute
de los alimentos más nutritivos, las medicinas, la educación, la seguridad,
la vivienda y la solidaridad del mundo. Pueden también, si lo desean,
preguntarle a la oligarquía: ¿saben todo eso?”. Pregunta interesante
para El País y sus replicantes que deberían -antes de pedir
concesiones a Cuba- leer al líder cubano cuando explicaba el sentido
de los cambios hechos y por hacer en Cuba
que el actual liderazgo no se ha cansado de ratificar:
“Hacemos
cambios, pero sin renunciar a la independencia y a la soberanía; hacemos
cambios, pero sin renunciar al verdadero principio del gobierno del pueblo,
por el pueblo y para el pueblo, que, traducido al lenguaje revolucionario, es
el gobierno de los trabajadores, por los trabajadores y para los
trabajadores. No es el gobierno de los burgueses, por los burgueses y para
los burgueses; no el gobierno de los capitalistas, por los capitalistas y
para los capitalistas; no el gobierno de las transnacionales, por las
transnacionales y para las transnacionales; no el gobierno del imperialismo,
por el imperialismo y para el imperialismo
“Esa es la
gran diferencia, cualesquiera que sean los cambios y las reformas que
llevemos adelante. Si algún día renunciáramos a esto, habríamos
renunciado a la razón de ser de la Revolución.”
Y sí,
defender principios da resultados. Ahí está el importantísimo acuerdo de Cuba
con el Club de París para refinanciar su acceso al crédito internacional, a
menos de una semana del resultado electoral adverso al chavismo en Venezuela,
sin hacer una sola concesión de principios. Parece que los acreedores
de Cuba, lejos de presionar para empujar al país hacia el abismo neoliberal y
las concesiones a EEUU, han preferido fortalecer la postura cubana en las
negociaciones con Washington y los que deben apurarse en presionar a Obama
son los empresarios norteamericanos para no perder las oportunidades
que a partir de ahora, con el acceso al crédito de sus respectivos gobiernos,
tendrán las empresas europeas y japonesas ante la nueva Ley de inversión
extranjera cubana. Un mayor acceso al crédito externo también permitirá al
gobierno cubano estar en mejores condiciones para avanzar hacia la
unificación monetaria y cambiaria, elemento clave para el ordenamiento de la
pirámide social actualmente invertida.
(CubAhora)
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Este blog, tiene un perfil principalmente para darle tratamiento a los temas económicos, aunque pueden tratarse otros temas
lunes, 14 de diciembre de 2015
¿Acelera, Pepe, acelera?
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