Discurso del General de Ejército Raúl Castro Ruz, Primer Secretario del Comité Central del
Partido Comunista de Cuba y Presidente de los Consejos de Estado y de
Ministros, en el acto de conmemoración del 60 Aniversario del ataque a los
cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, en la Plaza Mariana Grajales, en
Santiago de Cuba, el 26 de Julio de 2013, “Año 55 de la Revolución”.
(Versiones Taquigráficas - Consejo de Estado)
Queridos
amigos y amigas:
No
se sorprendan de que sobre este uniforme verde olivo y el grado de General de
Ejército, teniendo en cuenta que el mismo nació del ejército mambí, me ponga un
sombrero mambí (Aplausos) y unos espejuelos oscuros, aunque me gusta mirar con
claridad los ojos de mis interlocutores.
Distinguidos invitados;
Santiagueras y Santiagueros;
Orientales;
Pueblo de Cuba:
Hemos escuchado con profunda atención las palabras solidarias y generosas de los
Jefes de Estado y de Gobierno de la Alianza Bolivariana
de los Pueblos de Nuestra América, y también del Presidente de Uruguay, quien
se encuentra en Cuba (en visita oficial) de visita una vez más, José Mujica,
que estuvo aquí, por allá por el año 1960, cuando esta fortaleza fue convertida
en escuela. Era un joven soñador igual
que hoy, pero sin reumatismo (Risas y aplausos).
Llegue asimismo nuestra gratitud a las
destacadas personalidades de otros países que nos acompañan.
Saludamos al propio tiempo a los
integrantes de la vigésimo cuarta Caravana de la Amistad Estados Unidos-Cuba
(Aplausos), organizada por la agrupación interreligiosa Pastores por la Paz
(Aplausos), continuadora del esfuerzo solidario del inolvidable Reverendo
Lucius Walker.
La presencia de todos ellos en este
acto, en que conmemoramos el 60 aniversario del asalto a los cuarteles Moncada
y Carlos Manuel de Céspedes, constituye una
manifestación fehaciente de apoyo y solidaridad con la Revolución Cubana
y demuestra cuánto ha cambiado Nuestra América desde los días difíciles y
oscuros del año 1953.
Ya entonces nosotros, y sobre todo
Fidel, habíamos leído sobre las hazañas de Bolívar y otros próceres de la
independencia americana y percibíamos la importancia de una región
latinoamericana y caribeña independiente y unida.
En el trascendental alegato de
autodefensa de Fidel, conocido como “La Historia me Absolverá”, se anticipaba
cito: “… la política cubana en América sería de estrecha solidaridad con los
pueblos democráticos del continente y que los perseguidos políticos de las
sangrientas tiranías que oprimen a las naciones hermanas, encontrarían en la
patria de Martí, no persecución, hambre y traición, sino asilo generoso,
hermandad y pan. Cuba debía ser baluarte de libertad y no eslabón vergonzoso de
despotismo”, fin de la cita.
La muerte prematura de Martí en combate
había frustrado el anhelo que expresó en su carta inconclusa al mexicano Manuel
Mercado, “… de impedir a tiempo con la
independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y
caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América”.
La Revolución Cubana ha sido solidaria y
fiel a ese legado, aun en los momentos más difíciles, cuando se pretendió
aislarla, rendirla por hambre mediante un bloqueo criminal que ya dura más de
medio siglo y destruirla con todo tipo de agresiones.
Nunca olvidaremos que México, tras la
prisión, nos dio albergue y después del triunfo fue el único gobierno de
América Latina que se negó a dejarnos solos.
Jamás nos ha faltado el respaldo y la
solidaridad de los pueblos de todos los continentes, en particular los de esta
región, que siempre vieron a Cuba como parte indisoluble de Nuestra América,
que unida en su diversidad avanza con determinación hacia su segunda y
definitiva independencia.
Veinte años después del triunfo del
Primero de Enero, se produjo la victoria de la Revolución Sandinista, que
Nicaragua, llena de juventud, celebró hace una semana, con su Comandante Daniel
Ortega al frente (Aplausos).
Pasadas otras dos décadas el entrañable
hermano Hugo Chávez encarnó los ideales de Bolívar y multiplicado en su pueblo
avanza hoy junto a su Revolución, conducida firmemente por el compañero
Presidente Nicolás Maduro (Aplausos).
Marchan indetenibles los procesos de la
Revolución Democrática y Cultural de Bolivia, encabezada por Evo Morales y
que es símbolo de la reivindicación de los pueblos originarios (Aplausos) ; la
triunfante Revolución Ciudadana, que lidera con amplio apoyo popular en Ecuador
el Presidente Rafael Correa (Aplausos), representado hoy aquí por el Canciller
Ricardo Patiño; los avances sociales como los de Uruguay que conduce el
compañero José Mujica (Aplausos), guerrillero tupamaro, encarcelado por catorce
años; los que se producen en el Caribe que lucha por el desarrollo sostenible,
la justicia y la igualdad soberana, cuyos destacados líderes, los primeros
ministros Rooselvelt Skerrit, de Dominica; Baldwin Spencer, de Antigua y
Barbuda; Ralph Gonsalves, de San Vicente
y las Granadinas, y Kenny Anthony, de Santa Lucía, están aquí con nosotros
(Aplausos).
Pese a los intentos por dividirnos para
seguirnos saqueando, continúa su curso ascendente la integración de nuestros
países en el ALBA, CARICOM, MERCOSUR, UNASUR, entre otros.
La Comunidad de Estados Latinoamericanos
y Caribeños (CELAC), que Cuba se honra en presidir, prosigue su
consolidación.
Aprovecho esta ocasión para, en nombre de los cubanos y en
particular de los damnificados por el huracán Sandy en las provincias de
Guantánamo, Holguín y Santiago de Cuba, expresar el más profundo agradecimiento
a todos los gobiernos y pueblos que generosamente nos apoyaron y apoyan en las
labores de reconstrucción (Aplausos).
Hace nueve meses dicho huracán penetró
al territorio nacional por esta ciudad.
La furia de los vientos alcanzó aproximadamente 200 kilómetros por hora
y azotó a las provincias de Santiago de Cuba, Holguín y Guantánamo, por espacio
de cinco horas, provocando la muerte de 11 ciudadanos.
Los efectos de este fenómeno
meteorológico también se hicieron sentir en las provincias centrales con
intensas lluvias e inundaciones.
Las pérdidas económicas totales ascendieron,
después de un riguroso estudio, a casi 7 000 millones de pesos. La mayor parte correspondió a las viviendas e
inmuebles, aunque se produjeron considerables daños a la agricultura e
infraestructuras vitales, como la electricidad, las comunicaciones y los
viales.
Considerando la trayectoria del citado
huracán, la provincia de Santiago de Cuba y en especial su capital sufrieron el
mayor impacto, afectándose el 50% de su fondo habitacional, colapsó el sistema
de distribución de la energía eléctrica y el telefónico. Los árboles derribados
y todo tipo de escombros obstaculizaron durante días el tránsito en las calles
de la segunda ciudad del país, con medio millón de habitantes.
En Holguín sufrieron en mayor medida los
embates de Sandy los municipios ubicados al noreste de esa provincia, coincidentemente
los mismos que soportaron el azote del fuerte huracán Ike a su entrada a Cuba,
cuatro años antes, en septiembre de 2008. Resultó dañado el 19,3% de las
viviendas y buena parte de los cultivos agrícolas y cañeros. Hasta el momento se ha dado solución al 52%
de los hogares afectados.
En los municipios al oeste de la
provincia de Guantánamo también se sintieron las consecuencias de este huracán,
aunque los perjuicios tuvieron menor envergadura y a estas alturas ya han sido
recuperados.
Regresando a Santiago de Cuba, con el
concurso, en primer lugar de los propios santiagueros y el apoyo decidido del
resto del país, incluyendo el aporte de los combatientes de las Fuerzas Armadas
Revolucionarias y el Ministerio del Interior, así como contingentes de
trabajadores eléctricos y telefónicos de todas las provincias, en pocos días se
restablecieron las condiciones mínimas para la vida. No se hizo esperar, y fue de los primeros en llegar,
el mayor de los aportes a la situación de Santiago de Cuba, que fue enviada
personalmente por el compañero Hugo Chávez (Aplausos).
En los meses transcurridos desde
entonces no se ha dejado de trabajar en las labores de recuperación y como
resultado de ello se ha solucionado el 42% de las viviendas afectadas. Se
encuentra hoy en ejecución un programa
de construcción en toda la provincia, que permitirá aliviar perspectivamente la
tensa situación existente en esta materia.
Por otra parte, el gobierno decidió
bonificar el 50% del precio de los materiales de construcción destinados al
restablecimiento de las viviendas dañadas, otorgar con igual propósito créditos
bancarios con menores tasas de interés y mayores plazos de pagos y en los casos
de derrumbes totales asumir por el Presupuesto del Estado el pago de los
citados intereses, así como subsidiar a aquellos núcleos familiares de menores
ingresos.
Al propio tiempo se ha avanzado en la
recuperación de las instalaciones del sistema de salud pública, de educación,
cultura y transporte.
Igualmente se mantiene la ejecución del
proceso inversionista iniciado en el año 2004 para la rehabilitación y
ampliación del acueducto de la capital provincial, que ha permitido el abasto
estable de agua, con frecuencia diaria, a 30 de los 32 sectores hidrométricos
de la ciudad, restando garantizar el servicio diario a las zonas de Altamira y
Litoral, que hoy lo reciben en días alternos. Corresponde a las autoridades
provinciales y empresas asegurar la sostenibilidad del sistema.
Estas tareas, que están siendo controladas
sistemáticamente por el Gobierno Central, no han culminado y a las santiagueras
y santiagueros les ratifico que edificaremos, en primer lugar con su
participación directa, una ciudad cada vez más bella, higiénica, ordenada y
disciplinada (Aplausos), a la altura de su condición de Ciudad Heroína, cuna de
la Revolución. Además, que nadie se olvide de que Santiago (Exclamaciones de:
“Sigue siendo Santiago”) sigue siendo Santiago.
Parecería un milagro que a 60 años de
aquel 26 de julio estemos vivos todavía varios de los participantes en aquellos acontecimientos, tras los cuales
se desató la sed de venganza de la dictadura y fueron torturados y asesinados
muchos de los combatientes capturados.
También nosotros quisimos tomar el
cielo por asalto, era un sueño, lo intentamos, no pudo ser; pero exactamente
cinco años, cinco meses y cinco días después, el Primero de Enero de 1959, estábamos
entrando por esta puerta principal a exigir, en nombre de Fidel, el rendimiento
incondicional de la guarnición de la ciudad, que pasaba de 5 000 hombres
(Aplausos).
La firmeza y el decoro de Fidel, que
de acusado se convirtió en acusador en el juicio a que fuimos sometidos,
constituyó nuestra primera victoria.
Luego vino la prisión fecunda, el
exilio en México, la recomposición de las fuerzas revolucionarias, los
preparativos para la expedición del yate Granma,
cuyo demorado arribo a costas cubanas impidió la sincronización prevista con el
heroico alzamiento de Santiago de Cuba, organizado por el joven dirigente Frank
País, el 30 de noviembre de 1956 —todavía no había cumplido 22 años, y al año
siguiente, sin haber cumplido los 23, fue vilmente asesinado por los esbirros
de la dictadura—; el revés de Alegría de Pio; el reencuentro con Fidel dos
semanas después en Cinco Palmas, la
guerra de liberación, primero en la Sierra Maestra y más tarde extendida a otras
regiones montañosas; la decisiva victoria en 74 días de incesante e intenso
batallar sobre la gran ofensiva de las tropas batistianas contra el territorio
del Primer Frente de la
Sierra Maestra donde se encontraba la Comandancia General
del Ejército Rebelde, hecho de enorme significación que, como dijo el Ché, “le
quebró a la tiranía el espinazo”, y dio inicio a la contraofensiva estratégica
del movimiento insurreccional.
Comenzaba así, en el verano de 1958 el
viraje irreversible de la guerra que con las operaciones de las columnas
invasoras, salidas de la
Sierra Maestra, y las acciones de los combatientes
clandestinos, condujeron al colapso militar del régimen, a la toma del poder
por la Revolución
triunfante y la constitución del primer Gobierno Revolucionario en la Universidad de esta
ciudad. Con la huelga general —a la que
llamó Fidel desde Palma Soriano, antes de entrar a Santiago— de la clase obrera y todo el pueblo se
derrotó la maniobra de la Embajada Norteamericana para escamotear la
victoria, mientras Fidel avanzaba hacia La Habana. Esto es una apretada
síntesis de una intensa historia.
Empezaría entonces una etapa mucho más
difícil, que estremeció los cimientos de toda la sociedad. A cuatro meses y medio del triunfo, en
la propia Sierra Maestra y en el Puesto de Mando que utilizó Fidel en los
últimos meses de la guerra, en cumplimiento del Programa del Moncada, se
promulgó la primera Ley de Reforma Agraria, que enfrentó a la Revolución con
los poderosos intereses económicos extranjeros y de la burguesía criolla, que
financiaron y estimularon por espacio de varios años el accionar de bandas
armadas, el asesinato de jóvenes alfabetizadores, adolescentes muchos de ellos;
el sabotaje y el terrorismo en todo el país; la invasión por Playa Girón en
abril de 1961, en vísperas de la cual se proclamó el carácter Socialista de la
Revolución; la Crisis de los misiles, cuando ya Estados Unidos estaba
preparando una invasión directa con sus tropas a Cuba, en Octubre de 1962 y las
incesantes agresiones y crímenes contra nuestro pueblo durante décadas.
Han pasado los años, pero esta sigue
siendo una revolución de jóvenes (Aplausos), como lo éramos el 26 de julio de
1953; los que combatieron y cayeron en las calles de Santiago de Cuba el 30 de
noviembre de 1956. Jóvenes fueron en su inmensa mayoría quienes participaron en
la lucha contra bandidos durante cinco años, desde 1960 hasta enero de 1965,
aproximadamente, que en dos ocasiones, durante ese tiempo, llegaron a tener
bandas activas de diferentes tamaños en todas las provincias del país,
incluyendo el sur de la capital; jóvenes eran también los que derrotaron a los
mercenarios en Playa Girón; los que se sumaron, incluso adolescentes, a la
campaña de alfabetización, la mayoría estudiantes; los que se incorporaron
masivamente a las Milicias, a las nacientes Fuerzas Armadas Revolucionarias y
el Ministerio del Interior; los cientos de miles de compatriotas que cumplieron
misiones internacionalistas en otras tierras del mundo, el grueso de los mismos
fue en Angola, como se refería uno de nuestros invitados; los que hoy prestan
servicios de salud y educación —la mayoría también son jóvenes y además
mujeres— en diferentes naciones; los científicos, intelectuales, artistas y
deportistas que tantas glorias han cosechado; los que al llamado de la patria
cumplen su servicio militar, entre ellos las muchachas que por propia voluntad
se suman a esta tarea; los estudiantes de la enseñanza media; nuestros
universitarios que protagonizaron con éxito el último censo de población y
vivienda; los obreros y campesinos que generan en la producción y los servicios
ingresos a la economía; nuestros maestros y profesores.
Esta seguirá siendo la Revolución
Socialista de los humildes, por los humildes y para los humildes proclamada por
Fidel el 16 de abril de 1961, en el entierro de las víctimas de los bombardeos
previos a la invasión de Playa Girón.
Esta, repito, porque se (lo) ha demostrado en 60 años, seguirá siendo
una Revolución de los jóvenes (Aplausos).
Hoy más del 70% de los cubanos nació
después del triunfo de la Revolución.
Podría decirse que convivimos en suelo patrio varias generaciones, cada
una de ellas con historia y méritos propios, en correspondencia con el momento
que les tocó vivir.
La
Generación Histórica va cediendo su lugar a los “pinos nuevos” con
tranquilidad y serena confianza, basados en la preparación y capacidad
demostradas de mantener en alto las banderas de la Revolución y el Socialismo,
por las que entregaron sus vidas innumerables patriotas y revolucionarios,
desde los indios y esclavos que se rebelaron contra la opresión hasta nuestros
días.
Como ya se ha informado, está en
marcha el proceso de transferencia paulatina y ordenada a las nuevas
generaciones de las principales responsabilidades de dirección en la nación.
Para asegurar el éxito en este empeño
jamás podrá descuidarse la importancia estratégica que tiene, como nos
enseñó Fidel, preservar por encima de todo
—repito— ¡preservar por encima de todo! la unidad de todos los cubanos
dignos (Aplausos).
Compañeras y compañeros:
La ocasión es propicia para rendir
merecido homenaje a los caídos a lo largo de siglos de gesta redentora.
También a Fidel, el Comandante en Jefe
de la Revolución Cubana (Aplausos), que con su inconmovible optimismo y junto
al pueblo —capaz de resistir tantos sacrificios y verdadero protagonista de
esta epopeya—, nos guió a la victoria y situó en el mapamundi a nuestra pequeña
isla como un baluarte de la justicia social y el respeto a la dignidad humana.
Rindamos honor a la mujer cubana
(Aplausos), madre, combatiente, compañera de sacrificios, alegrías y luchas
(Aplausos); a las nuevas generaciones que continuarán defendiendo por siempre
los ideales revolucionarios.
Enviamos desde este histórico lugar un
abrazo fraternal a los valerosos luchadores antiterroristas (Aplausos)
injustamente encarcelados hace 15 años en Estados Unidos, por cuyo regreso a la
Patria seguiremos batallando sin descanso.
No puede faltar en esta hora el más
sentido homenaje al invicto Comandante en Jefe de la Revolución Bolivariana de
la hermana Venezuela, el querido compañero Hugo Chávez Frías, discípulo
aventajado de los próceres de la independencia latinoamericana y caribeña
(Aplausos).
¡Gloria eterna a los mártires de la
Patria! (Exclamaciones de: “¡Gloria!”)
¡Viva la Revolución Socialista!
(Exclamaciones de: “¡Viva!”)
¡Viva Cuba libre! (Exclamaciones
de: “¡Viva!”)
¡Viva Fidel! (Exclamaciones de: “¡Viva!”)
¡Hasta la Victoria siempre!
(Exclamaciones de: “¡Viva, viva!”)
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