Ramonet: Internet es un territorio vivo en el que hay que habitar igual que lo hacemos en el planeta Tierra (II parte/final)
A propósito de su visita a La Habana, en ocasión de la
recién finalizada XXXIII edición del Festival Internacional del Nuevo Cine
Latinoamericano, este Sitio de Radio Metropolitana dialogó con el experto
franco/español Ignacio Ramonet, director del periódico Le Monde Diplomatique.
En esta segunda parte, el entrevistado se pronunció sobre la Internet y la sociedad,
entre otros temas.
La Habana.-
FD: El término Industria Cultural es empleado por
Horkhemer y Adorno en un texto escrito en 1942 titulado "Dialéctica de la Ilustración". Me
interesaría que abordara sus criterios acerca de la funcionalidad de Internet
como industria cultural, considerando sus propios productos culturales y dónde
está presente la manipulación a través de la publicidad.
IR: A Internet hay
que verlo esencialmente como un nuevo territorio de
libertad. Es en definitiva, ante todo, eso. La aparición de Internet es la
posibilidad tecnológica para que todo el mundo pueda disponer de ella
fácilmente, aunque existe lógicamente una brecha digital significativa a escala
internacional, que provoca una disparidad en su alcance y su empleo.
Pero no se puede negar o criticar que Internet es la
manera más sencilla y más barata para
llegar a continentes enteros de cultura que antes, por
una parte, eran difíciles de adquirir sus saberes y culturas porque significaba
tener que adquirir revistas y libros, entre otras cosas, que ahora están
disponibles para todos.
Mientras que a través de Internet todo se hace
accesible, prácticamente fácil de encontrar.
Ejemplo, aquellas cosas que se hallaban en una
biblioteca perdida por ahí, o en una librería de
usos, lejana a cualquier ciudad importante o provincia.
Sin embargo hoy con internet todo está en la casa, todo está al alcance de un
clic de teléfono de un IPAD, tableta digital, o de un ordenador. Por consiguiente,
Internet lo que hace es que amplía el campo del alcance de lo que queremos
digamos obtener, para mejorar nuestra cultura, nuestra información, desarrollar
nuestros conocimientos
culturales mediante el acceso a todas las redes de
museos prácticamente del mundo de manera gratuita. Entonces eso es ante todo
Internet. Aunque no es sólo eso; evidentemente Internet es desarrollo más que
una industria cultural, digamos que es una industria del saber, o sea, la
industria del conocimiento,
porque ella favorece precisamente a la aparición de
nuevos actores que anteriormente eran inconcebibles, por ejemplo, los
navegadores. En décadas anteriores no se podía concebir, prácticamente nada,
ahora tenemos que pasar por Google, y Google por ejemplo es una gran empresa
considerada la más rentable del mundo.
Tenemos que pasar también si queremos por las Redes
Sociales, Facebook y Twitter, que también son
una de las empresas más rentables del mundo o si
queremos utilizar también cualquier otro diseño de web y por supuesto todo esto
conforma a las nuevas industrias culturales.
Pero esencialmente estas empresas se enriquecen a
partir de la publicidad, aunque existen
personas que no reaccionan ante la publicidad y son
suficientemente audaces e inteligentes y autónomos para no dejarse seducir por
sus atracciones y por lo tanto no se clickea en las ventanas que constantemente
se abren para determinados usos y gratificaciones que tratan una y otra vez de
seducir para clickear en determinada ventana o palabra o en el lazo que me
lleva a otro
sitio; que no me lleva a ningún estado de pensamiento o
análisis.
Por lo tanto, considero que puede sobrevivirse si se
tiene suficiente autonomía. Entonces indiscutiblemente hay empresas nuevas que
están progresando porque hoy en el mundo digamos de la cultura de las
industrias culturales que hoy son más bien industrias del conocimiento,
industrias del saber.
Las empresas nuevas que aparecen no son solamente
estas, sino otras, como la telefonía móvil y
otras empresas de informáticas. Digamos que si queremos
utilizar un teléfono inteligente tenemos que comprarlo y de hecho no hay mil
marcas, sino tres o cuatro grandes marcas.
Por ejemplo, tiene que ser un IPHONE que evidentemente
es de APPLE o bien voy a utilizar un Black
Berry, o un SAMSUNG de Corea del Sur. Algunas marcas
son empresas no solamente telefónicas sino también de fabricación de
ordenadores, como APPLE, que han sacado las máquinas más innovadoras, gracias a
Steve Jobs, quien ha dado nuevas dimensiones hasta la presentación de un mundo
tridimensional donde se observa más bien un mundo esférico. O sea, que estas
dimensiones
nuevas permiten emplear con gran facilidad efectos, que
antes no podían ser imaginados.
Efectivamente, desde la escuela de Frankfort que
desarrolló como reflexión la articulación entre
industrias culturales con el contenido de la cultura
hasta la actualidad, sigue siendo válido todos su proceder, pero en un contexto
muy diferente al de ahora, en el que digamos la automatización cultural es
posible y en el que la democratización de la cultura nunca ha sido tan grande.
Nunca siquiera antes de Internet ha habido tanta
democratización de la cultura porque antes
para democratizarla efectivamente se necesitaba que el
estado se comprometiese masivamente; hoy
efectivamente hay que saber leer y escribir y por
consiguiente alfabetizarse sigue siendo fundamental, y después la navegación ya
se hace relativamente fácil.
No quiere decir esto, que automáticamente alguien que
utiliza la web va a ser un ciudadano superior o va a ser un ser especial, dado
a que la web está llena de ocio, de entretenimiento como está la cultura en
general, el saber leer y escribir no obliga inmediatamente a leer a Thomas Mann
o cualquier otros escritor de referencia, ya que el resultado práctico nos dice
que lo que resulta ser mayormente leído, es evidentemente lo más fácil. Esa es
la razón que nos motiva a pensar constantemente en la necesidad de que todo el
mundo sepa leer y escribir, para luego que esa persona que sabe leer y escribir
que se optimice por ella misma, por su responsabilidad y evidentemente la
responsabilidad de los educadores es también responsabilidad del Estado, como
educador activo y de las instituciones culturales, que en su quehacer
demuestren e indiquen, lo que es más adaptado.
Simplemente hoy no se puede ir contra el hecho de que
Internet es un territorio vivo en el que hay
que habitar igual que habitamos en el planeta Tierra,
habitamos en el planeta Internet.
Por lo tanto, hay que luchar contra esas diferencias,
hay que luchar por la elevación cultural, que
es una lucha permanente e incesante, pero hay que
luchar en el buen territorio que es Internet hoy en día.
FD: En el texto titulado "Propaganda
silenciosa" hablaba sobre los medios de comunicación constituidos como el
cuarto poder en el mundo y me parece que en la actualidad Internet pudiera
decirse que es el primer poder del mundo. ¿Qué usted piensa que de aquí a un
futuro nos pudiera estar ocurriendo, si se consumará el hecho de mega ciudades
invasoras, pueblos desaparecidos o identidades construidas a persé del propio
uso de Internet?
IR: Realmente es difícil poder imaginar lo que ocurrirá
en un futuro con respecto a Internet y la
propia sociedad. Digamos que Internet tiene solamente
20 años útiles ya que se inventa en la web en el año 1989 y empieza a ser
difundido a escala internacional en los países desarrollados a
partir del año 1994 y 1995. O sea, que estamos hablando
de 15 años, y en 15 años se ha transformado el mundo, se ha transformado el
mundo más que la imprenta propiamente y en siglos. Y por consiguiente de aquí a
20 años es muy posible que cosas inconcebibles se puedan inventar.
¿Quién nos iba a decir a todos nosotros que íbamos a
poder filmar con nuestros teléfonos?, que íbamos a poder agrandar las fotografías,
a sacar videos con nuestro aparato telefónico, que todo el ordenador iba a
estar en un teléfono, porque hoy en día un teléfono es un ordenador.
Uno puede escribir, y mandar texto, puede escuchar
música, puede ver cine, hasta entrar en las redes
sociales y evidentemente todas estas posibilidades
participativas, intercambiativas que ha permitido la web se desarrollan más
fácilmente desde un equipo tan pequeño y práctico como el teléfono móvil.
Hoy los teléfonos o las tablets eran algo prácticamente
inimaginables, y por eso es muy difícil
imaginar cómo el mundo va a ser. Probablemente algo
ocurrirá, debemos preguntarnos por ejemplo si el cine existirá como lo es
actualmente, o lo veremos solamente digamos en la pantalla de nuestras casas,
una película saldrá y no habrá que ir a las salas,
aunque sean de mucho confort y en pantalla grande, pero como el próximo paso
que ya se está dando es la conexión de Internet con el gran televisor que se
tiene en un salón o habitación.
Hoy, en vez de llegar a la casa y leer todo a través de
los medios tradicionales, puedo verse desde
la pantalla de un teléfono o trasmitirlo desde la
pantalla de un televisor; y va a utilizarse Facebook o Twitter desde la
pantalla de un televisor, que es una pantalla bien grande y llana, de alta
resolución.
Y esto es bien importante porque se va a poder acceder
a películas ancladas directamente desde
la nube que va a estar en permanencia constante con uno
mismo y esa es una realidad que está ahí y se puede ver en tres dimensiones.
Por lo tanto, desde el punto de vista tecnológico el
avance seguirá y la cuestión es preguntarnos qué tipo de ser humano nos vamos a
construir de esa manera, si vamos a ser más cultos e inteligentes, que en la Edad del Fuego por ejemplo,
pues quizás la respuesta sea cada vez más confusa y contradictoria porque de
hecho progreso moral no ha habido.
Tratamos de que el hombre y la historia se vean desde
la óptica de la humanización; el hombre trata de humanizar y de humanizarse, en
la medida que el tiempo avanza, y trata de des-salvajarse. Pero por otra parte
se vive en contextos políticos y económicos que nos están deshumanizando y
descivilizando. Todas las políticas neoliberales son políticas que tratan de
borrar las identidades, porque están retirándonos de todo el estado de
bienestar que habíamos construido y toda la idea de ver una sociedad
masificada en la cultura, en la medida de los propios
excesos del capitalismo. Esto pudiera de algún modo corregirse con la
aplicación de políticas sociales de reparto equitativo, de mayor igualdad a la
asistencia, a los más desposeídos, pero en realidad todo esto lo está
destruyendo el neoliberalismo,
está destruyendo se puede decir que toda esa cultura
adquirida.
¿En qué contexto la vamos a escribir, si bien esos aparatos
nos permiten humanizarnos más? Es una
interrogante preocupante, en realidad estaremos en un
contexto político que nos deshumaniza, que nos retira nuestras atenciones
sociales, que dificultan el empleo que hace más difícil la garantía de los
derechos públicos y que se no se puede acceder a una buena educación.
Entonces en realidad vamos a estar en un mundo mucho
más duro y complejo, mucho más violento, aunque sea desde la violencia
simbólica, y es muy posible que el tipo de contenido que va mantener a esta
cultura adquirida por estas nuevas tecnologías también sea una cultura de
violencias simbólicas, muy fuerte.
Entonces la apuesta es de tratar de re-civilizar, tanto
a la cultura que recibimos como el contexto
político y económico en el que nos encontramos.
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