En el gráfico, arriba a la izquierda, hay una
zona verde, allí está Cuba, sólo Cuba. No voy a citar lo que dice Carlos,
porque es mi amigo, sino el fragmento de un cable de la agencia EFE que recoge las declaraciones de Jonathan Loh, experto
de la prestigiosa organización ecologista WWF sobre por qué esta Isla ocupa esa
posición:
La misma información dice que, “si las cosas
siguen como en la actualidad, hacia 2050 la humanidad necesitaría consumir los
recursos naturales y la energía equivalentes a dos planetas Tierra”.
Ayer, Cuba fue electa por tercera vez miembro del
Consejo de Derechos Humanos, un órgano de la ONU constituido en 2006 en contra
del criterio de Estados Unidos. De los tres candidatos latinoamericanos
(México, Uruguay y Cuba), la Isla fue el que más votos obtuvo y resultó
seleccionada por América Latina, junto al país azteca, para ejercer
en ese órgano durante los próximos tres años.
Algunas informaciones hablan de protestas ante la
sede de la ONU por la elección de Cuba -mostrando la foto de una multitud
integrada por dos personas- y recogen las declaraciones de inconformidad
del gobierno estadounidense y de voceros oficiosos del State Department como la
ONG Human Rigth Watch. No ha sido así por la elección de México, que -a
diferencia de Cuba- aparece en la sección prioritaria
de Amnistía Internacional con la siguiente argumentación:
“Las graves violaciones de derechos humanos en
México ponen de manifiesto que, hasta el momento, los compromisos asumidos por
el Gobierno mexicano de aplicar los tratados y normas internacionales en este
ámbito no se están cumpliendo. La impunidad por violaciones de derechos humanos
sigue siendo un problema endémico y el respeto, la protección y la realización
de los derechos humanos en el país continúa vetado para numerosos sectores de
la población.
“En los últimos años ha habido varios casos de
homicidios ilegítimos, torturas, violaciones y detenciones arbitrarias
perpetrados por agentes de la policía municipal, estatal y federal. A pesar de
la aprobación de reformas constitucionales sobre la seguridad pública y la
justicia penal en el país, algunas de las cuales deberían servir para la
protección de los derechos de las personas detenidas, en la práctica se siguen
cometiendo violaciones de derechos humanos. Además, el número de abusos a
manos de agentes de seguridad ha aumentado durante las operaciones emprendidas
para combatir a las bandas criminales violentas.
“Activistas políticos y sociales, periodistas y
defensores y defensoras de derechos humanos son de los colectivos más afectados
por la falta de acceso efectivo a la justicia, e incluso hay casos de presos de
conciencia. Las comunidades indígenas o que sufren cualquier otro tipo de
marginación son a menudo víctimas de acoso por oponerse a proyectos de
desarrollo que afectan a sus medios de vida, mientras que los y las migrantes
irregulares que atraviesan México son sometidos a malos tratos por agentes del
Estado, y a violencia sexual y de otro tipo por bandas criminales.
“Las desapariciones, homicidios, agresiones
sexuales y otros abusos graves contra las mujeres no son debidamente prevenidos
ni sancionados mediante investigaciones imparciales y efectivas, ni se da una
adecuada atención a las mujeres que denuncian actos de violencia. Pese a los
avances en la legislación para proteger a las mujeres frente a la violencia, su
aplicación sigue siendo tenue. En el caso de la violencia familiar, las mujeres
se enfrentan a numerosos obstáculos para acceder a la seguridad y la justicia,
ya que las autoridades mexicanas a nivel federal, estatal y municipal no
siempre reconocen que la violencia en el ámbito familiar es una violación de
los derechos humanos y no sólo una cuestión privada.”
Ese no es el cuadro de los Derechos Humanos en
Cuba. Pero los activistas de Derechos Humanos en México no defienden el legado de un
dictador sangriento como Fulgencio Batista, no piden que bloqueen económicamente
a su país ni
se retratan con terroristas, como los amigos cubanos de Human Rigth Watch y
el State Department. Por eso es poco probable que reciban
el saludo del presidente de Estados Unidos, representante en jefe del
sistema que requiere nueve planetas para realizar el sueño imposible de
derechos para pocos y cosas para muchos, enemigo de Cuba y de cualquiera que
pretenda llegar a la peligrosísima zona verde, esa de la que le gusta hablar a
mi amigo Carlos y que es el único lugar donde la humanidad puede tener derecho
a salvarse. (Publicado en CubAhora)
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