jueves, 6 de agosto de 2015

Malecón capitalino, el balcón más largo de Cuba



El Malecón es la sonrisa de La Habana, el infinito mirador y el sitio al que todos acuden.

Es el poderoso imán que invita a los niños a jugar, a empinar papalotes, y a los adultos a meditar, conversar, cantar, pescar y hasta a enamorar. Se dice que su muro es el asiento más largo de la Isla caribeña, el gran sofá donde lugareños o caminantes se han sentado alguna vez o detenido a contemplar las aguas, tranquilas o furiosas.

Pero, desgraciadamente, algunos de los miles de visitantes del llamado Balcón de La Habana dejan varios desperdicios en los arrecifes de esta parte del litoral norte cubano como son envases de metal, vidrio, papeles, bolsas de nylon y plástico que son arrastrados por las olas al mar, y esto implica la contaminación medioambiental.


Cuidemos la especie humana

Si no se cuida el Malecón habanero se perderá un símbolo y un fuerte componente vital de la identidad ciudadana.

En algunas áreas, de las que bordean el Balcón de La Habana, las aguas son pestilentes y putrefactas, y la vida marina se ha ido extinguiendo, así como también se han descubierto desagües de aguas negras vertiendo justo en las pocetas, donde habitualmente se bañan los niños, a veces hasta acompañados de sus padres.

Por ejemplo, el diente de perro, por donde caminan los bañistas, está lleno de vidrios, colillas de cigarros y bolsas con basura podrida.

Por ello, es importante no olvidar que la vida en el planeta está corriendo el riesgo de desaparecer y si no cuidamos nuestro entorno, entonces mañana será demasiado tarde para hacer lo que debimos haber hecho desde hace muchos años.

Fuente: Radio Reloj

No hay comentarios: