miércoles, 20 de julio de 2016

Miriam Celaya, vocera oficiosa USA y su vano sueño anticubano.




La señora Miriam Celaya parece estar tocada en tomar la batuta en el ataque mediático contra la Revolución Cubana –interesada tal vez en ganar visibilidad mediática mediante la burda especulación sobre una inminente fractura o crisis de gobernabilidad en nuestra patria– sin tener reparo en acudir a la mentira, a la insidiosa especulación de agorera barata e, inobjetablemente, a sembrar dudas en la ciudadanía y en todo aquel interesado sobre la realidad actual en Cuba. Dos de sus artículos publicados en Cubanet: “Cuba en crisis: la presión aumenta” y “ ¿Huelga de almendrones en La Habana?”, aparecidos el 11 de julio y en el día de hoy, respectivamente, siguen este infame guión.

Textualmente, la mayor de sus mentiras: “El gobierno está previniendo a los comunistas sobre la importancia de estar atentos ante cualquier foco de descontento”. La mercenaria especula sobre una orientación emanada del Partido advirtiendo a los militantes de base a estar alertas sobre posibles señales de estallido social, lo que resulta totalmente falso. Como militante nunca he recibido tal orientación y sí la de estar atento a aquellos problemas que afectan a la ciudadanía, con el compromiso de contribuir a la búsqueda de soluciones y a procurar el enfrentamiento a lo mal hecho, a la pasividad, a la falta de compromiso con el pueblo y a cualquier signo de corruptelas. Los que me conocen bien, saben que no me callo y pongo el dedo en la llaga sin temor alguno. Es mi convicción y mi deber como militante.

Por mi parte, no necesito orientación alguna del Partido –y lo mismo sucede con sus militantes y el pueblo revolucionario– para estar atento a los planes de la contrarrevolución por trastrocar nuestro orden constitucional. La convicción no necesita orientación para estar activa.

Su suerte de predicción sobre un inmediato y venidero caos social en Cuba es especulación barata. Nuestro pueblo mayoritario entiende, como yo, que existen problemas en nuestra sociedad. A esos problemas, en parte objetivos, y en una considerable parte subjetivos, nos enfrentamos con apego a nuestros principios. Es nuestra tarea hallar solución a los mismos, pero no existe en nosotros ni desánimo, ni derrotismo, ni pérdida de confianza en nuestra dirección política.

Sembrar dudas, falsas alertas de descontento social, incitar a la desobediencia civil, es parte del discurso mediático de nuestros enemigos, que la Celaya intenta infructuosamente de “vender” a los demás. Su manipulación de rumores sobre supuestas huelgas venideras de taxistas privados, su incitación velada a la emigración como salida valedera para lograr la felicidad en el Norte, la siembra de desconfianza en la dirección del país, es parte de su discurso insidioso. No hará mella alguna entre nuestros ciudadanos.

No voy a detenerme a enumerar los problemas que existen nuestra sociedad y sobre los cuales tenemos pleno conocimiento y buscamos soluciones en beneficio para nuestro pueblo, incluyéndolo en ese empeño y no de espaldas a él. Dentro de ellas –tal como añora esta difamadora de oficio– jamás habrá una terapia de choque o la búsqueda del capitalismo como una opción. La Revolución resistirá este nuevo escenario y saldrá adelante con el apoyo del pueblo trabajador, sin hacer caso a quienes auguran su caída. De esta forma, Miriam Celaya, verás que tu rol de especuladora barata, fracasará. Quédate tú con la zanahoria.





miércoles, 6 de julio de 2016

A debate en la Asamblea Nacional el ordenamiento de la economía en el segundo semestre



Foto. Jorge l. González

Marino Murillo Jorge, miembro del Buró Político. En el segundo semestre, Cuba enfrentará restricciones en la economía lo cual conlleva a la toma de un grupo de medidas. No obstante, se mantendrán asegurados los servicios vitales a la población, el equilibrio monetario in­terno —a partir de respaldar con todo lo posible la circulación mercantil minorista—, así como las medidas diseñadas para aumentar la capaci­dad de compra del peso cubano y el programa inver­sionista vinculado al desarrollo futuro de Cuba.