sábado, 31 de diciembre de 2011

Los festejos de fin de año marcan la tradición




A las doce de la noche de este sábado 31 de diciembre en todo el mundo millones de personas, solteras, o en parejas, darán continuidad a las tradiciones que por siglos han marcado los festejos de fin de año.
Desde las más diversas geografías del planeta, hombres y mujeres experimentarán sus más populares o secretos rituales, que prometerán la prosperidad, la salud y el éxito en la intimidad, por los siguientes doce meses.
Aunque la mayoría de las tradiciones se refieren a cuestiones generales de la vida, que tributan a la salud, la felicidad y el bienestar, según se dice, todas ellas se aplican también a la plenitud de la pareja, o a la búsqueda de la «media naranja».
Hay quienes tienen el precepto de que pisar con el pie derecho, en cuanto el reloj marque las 12, es de muy buen augurio para el año entrante, y en la pareja ello significará buenos proyectos en común y una duradera relación, sin muchos tropiezos.
También se dice que se debe usar alguna prenda roja para atraer la prosperidad. Así que no es raro pensar que mucha gente prefiera elegir ropa o algún complemento de este color para comenzar el nuevo año, y atraer la suerte para los siguientes 365 días.
Si la ropa es interior, se debe usar al revés hasta que sean las doce, y luego enderezarla. Son ello usted tendrá un año muy próspero en su escaparate, y por supuesto, en la intimidad.
Para quienes buscan un poco de desahogo económico se dice que lo mejor es poner un anillo en la bebida con la que se brindará a la medianoche. Pero si usted lo hace con su pareja, este brindis podría ser el augurio de un casamiento.
Si se coloca una alianza de boda en la copa de la pareja la duración y estabilidad del matrimonio está garantizada por ese año. También sirve esta fórmula para asegurarse el amor de una persona, sólo hay que colocar un anillo en su copa en el momento del brindis y dejar que beba…ya no podrá resistirse.
MITOS EN DIFERENTES LATITUDES
A través de los diferentes puntos del planeta las tradiciones asumen las características, muchas veces, de las culturas y los propios territorios, de acuerdo a su naturaleza, su arquitectura, creencias o maneras de vestir.
En Francia, por ejemplo, si la última noche del año se besa a un desconocido al pasar bajo un muérdago, se conseguirá matrimonio en el siguiente período.
Mientras que, en Rumania las mujeres solteras suelen caminar hacia un pozo, encender una vela y mirar hacia abajo. El reflejo de la llama dibujará en las profundidades del agua el rostro de su futuro esposo.
Las que se quedan en sus casas toman una rama de albahaca y la colocan bajo la almohada, y se dice que el sueño de esa noche tendrá como protagonista al hombre que las espera en el futuro.
También en países como el Líbano se preparan doce bolitas con masa de trigo introduciéndoseles una pasa y una moneda, para luego regalarlas a 12 amigos y los beneficios regresan a quien las obsequia multiplicados por 12.
En China se prepara una pequeña caja a la que se le pega un espejo en el fondo y otro en la tapa. Este multiplicará el dinero que en esta caja se deposite, así como los buenos deseos para con las personas que se quieren.
Sin dudas una de las tradiciones más recurrentes en el mundo, principalmente en España es recibir el nuevo año al ritmo marcado por las doce campanadas del reloj, y comiendo una a una las doce uvas de la suerte.
Pero si no se consiguen estos frutos no se preocupe pues las pasas pueden suplirlas, al fin y al cabo, son uvas secas.
En Alemania sus ciudadanos desafían al destino mediante la ceremonia del bleiglessen. Este ritual consiste en desvelar los misterios del futuro con una barra de plomo.
El plomo se pasa por una soldadora, se funde hasta hacerse agua y las gotas plateadas se vierten en un vaso. El plomo líquido se vuelve sólido nuevamente y alcanza formas que, con una buena imaginación, pueden predecir lo que depara el mañana.
También en Umbanda, una religión practicada en Brasil, fruto de una mezcla de ritos africanos se genera la fiesta de Iemanja. Con este ritual las playas se llenan de gente y dan ofrendas al mar, que la mayoría de las veces son flores en pequeños barcos de madera. Los participantes llevan trajes de colores diferentes cada año.
DESEO…
Para las personas que permanecen solteras, las creencias populares auguran que lo mejor para encontrar pareja el venidero año es besar a alguien del sexo contrario, justo a las doce de la noche, aunque no sea una persona de su interés.
En Cuba una de las tradiciones más seguidas es tirar cubos de aguas cuando dan las doce de la noche. Se dice que si se llena un balde de agua en la mañana, para la noche habrá recogido todas las malas energías, por lo que purificará el futuro.
En la pareja es muy frecuente lanzar los baldes juntos, para hacer que su año sea próspero, y traiga buenas experiencias. Asimismo se confecciona una lista que los malos recuerdos y otra con los deseos para el nuevo año.
Según los seguidores de este ritual, la de los anhelos se debe enterar para que se siembren y multipliquen, mientras que la de los malos momentos se debe quemar para dejar atrás todo lo negativo.
A veces esta tradición se hace con un muñecón gigante que simboliza todas las cosas malas del año viejo y se quema entre varias personas para dejar atrás el pasado triste.
En algunos lugares también se emplean velas para recibir el año nuevo. Se dice que cada color invocará una fortuna distinta: el azul trae tranquilidad al año nuevo, las amarillas atraerán la abundancia, el rojo, la pasión, y las velas verdes están destinadas a la salud.
Amen de todas las creencias y mitos que se han mantenido a lo largo de los siglos en la cultura popular, y que motivan y hacen del fin de año un momento de alegría y diversión, lo más importante para iniciar bien el año es sentirse plenamente feliz, al lado de las personas queridas.
La mejor fórmula para alcanzar los mejores resultados en los venideros 365 días es afrontar el futuro con energía y vibraciones positivas, conscientes de que de nosotros dependerá en gran medida lograr el éxito que buscamos, sin olvidar nunca que la felicidad más que un destino, es un trayecto.

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